Sunday, June 5, 2011

DNF (No Se Terminó): Crónica Fumikense del Triatlón Estatal de Cancún en Punta Nizuc (3 Abril 2011)

Era el 2002. Me acuerdo porque estaba viendo la Copa Mundial de Japón-Corea del Sur. El orgullo regía mi existencia en aquel entonces y en lugar de hablarles a mis padres por un préstamo, decidí sufrirle. Me acuerdo de estar comiendo una barra de chocolate para cocinar porque era lo único que tenía de comida en casa. Me acuerdo de estar acostada boca-abajo, viendo fútbol porque de otra forma, estaría gastando energía y no tenía más comida.


Eran años difíciles. Tanto así que me caí en una depresión abismal y pregunté a Dios que si no haya más por hacer, que me lleve ya. Tenía muy poco trabajo y no lo suficiente como para gastos. No tenía para pagar la renta. No tenía para pagar el gas para la estufa y agua caliente ni dinero para papel de baño y pasta de dientes. Mi tarjeta de crédito estaba al tope. Mi línea telefónica fue cortada. Me escondía en un rincón de mi departamento mientras los de la administración del edificio tocaban la puerta. Esta existencia era dolorosa. Yo no lo quería seguir.

Y nada pasó. Fue como si una palabra no dicha fue hablada.

Una palabra hace la diferencia. No se requiere mucho.

Lo tomé como una señal para seguirle.

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DNF. Las siglas en ingles por "Did Not Finish" (No Se Terminó). Esto es lo que pasa a un triatleta cuando, por una razón u otra, no puede terminar una competencia. Nunca he tenido una pero esta vez, pensé que así tendría que terminar.

La noche de martes fue la última vez que corrí antes del triatlón de domingo. Mi rodilla andaba rara desde el contrarreloj de Enero y después de terapia y dos semanas de descanso, empecé a sentirme rara después 30 minutos de correr. La evolución durante la semana fue desde "no haré el tria," a "hacer la nadada y la bici" a "veremos que pasa".

"Ve como te sientes después del nado y la bici," me había dicho Joseph.

Como dije, nada más se requiere de unas tantas palabras.

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Llegó la mañana de domingo y caminamos hacia el arranque del nado y disfruté al sol y la sensación suave del agua sobre mi piel.

La nadada va a ser muy rápida.

Minutos antes de que empezara el nado, el organizador anunció que debido a la conferencia sobre el narcotráfico en Cancún, el tramo de la bici tendrá nada más un carril. Cinco metros de espacio para dos sentidos de tráfico de bici. Por favor, que no haya ciclistas tontos hoy.....

Los hombres empezaron primero mientras las mujeres se afilaron sobre la playa. Cuando me metí al agua, un pelicano voló bajo sobre nosotros. Fue uno de estos momentos únicos a los cuales sientes que eres la persona para quien fue hecho, una clase de saludos personal de la Madre Naturaleza. Levanté mi mano, como para decir "hola."

En el agua hasta la cintura, me preparé para empezar.

El silbato.

Ataqué al agua y me sentía fuerte. Mis manos se metían entre otros nadadores quienes estaban adelante de mi, mientras nadamos a la primera boya. El agua era como plato y con la excepción de las olas causadas por los jet skis, todo estuvo muy tranquilo.

Una vez afuera del agua, corrí hacia la T1. Corriendo por el camino bordeado por reclinadores, llegué a mi bici y tomé el tiempo necesario para poner todo lo que necesitaba: número de competidor, lentes oscuras, casco, bici.

Salí de transición.

Me fui volando y sentía como si tuviera un ave de presa adentro de mí. Estaba lentamente abriendo sus alas, extendiéndolas por completo. Alas enormes aleteaban para abajo e empujaba al aire.

Mis pies se fueron más para adentro de mis zapatos mientras rebase a alguien. Y luego a otro. Y luego a otro.

Pero no estaba segura si podía aguantar. No he entrenado. La carrera. Aquella maldita carrera. Mi rodilla estaba renegando el martes después de haber corrido. ¿Aguantaría?

Decidí a bajar la velocidad un poco antes de llegar a la T2.

Colgar bici. Quitar casco. Poner gorra. Lavar pies. Poner zapatos.

Me fui de la transición.

Antes de que me diera cuenta, estaba corriendo por el camino. ¿No que no iba a hacer la carrera? Nada de dolores. Nada de molestias. Mi rodilla se sentía bien. Puedo parar más adelante si necesite.

Después de correr sobre el camino de tierra, mi rodilla se empezó a protestar. Bajé la velocidad a caminar un rato y decidí a tomarlo tranquilo.

Lau de 3BT vino corriendo al lado.

"¡Vamos Fumiko! ¡Vamos a correr!"

"Mi rodilla..." protesté.

"¡Corremos juntas!" me había dicho.

Corremos juntas.

Se necesita nada más de unas tantas palabras. Y no paré de correr hasta que llegué a la meta.

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A la vuelta de la carrera, hubo un grupo de jóvenes quienes estaban repartiendo botellas de agua. Extendieron botellas, ya sin tapa, a los competidores cuando de repente, una de las chicas me dijo algo que no esperaba:

"¡Wasabi!" gritó.

Le di una mirada.

Se requiere nada más una palabra. Pude haberle dicho algo muy fuerte y arrepentirlo.

Pero no lo hice.

En cambio, agarré una botella de agua de un chico que estaba parado en frente de la chica.

"Gracias," le dije.

El aire se explotó en una cacofonía de sonidos y gritos que me sorprendió. Mientras daba la vuelta, me di cuenta lo que acaba de pasar: era la primera persona en pasar que les dijo esta palabra.

No era mi intención ser maliciosa y no lo haría concientemente menos que fuera provocada. Pero sentí provocada y mi orgullo me encontró. Le dije a la chica:

"Es que los extranjeros somos mejores."

Pero no se ofendió. Alguien le acaba de decir "gracias". Y ahí no importaba de donde era yo.

Nada más se requiere una palabra.

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Empecé el día esperando un DNF. En cambio, encontré una serie de palabras que me levantaba, cada una de su manera muy propia, como si fueran esta ave de presa que tengo adentro. Y cuando pienso en aquellos días en que tuve que eligir entre pagar pasaje del camión y comer, y preguntándole a Dios cual es la razón de que sigo viva yo, me acuerdo.

Me acuerdo que eres tan fuerte como las palabras que usas. Las palabras que sientes. Las palabras que sabes que son verdaderas.

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